miércoles, 19 de septiembre de 2007

El Olvido

El olvido no es victoria
sobre el mal ni sobre nada
y si es la forma velada
de burlarse de la historia
para eso está la memoria
que se abre de par en par
en busca de algún lugar
que devuelva lo perdido.
No olvida el que finge olvido
sino el que puede olvidar.

MARIO BENEDETTI

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Límites

"De estas calles que ahondan el poniente,
una habrá (no sé cuál) que he recorrido
ya por última vez, indiferente
y sin adivinarlo, sometido

a quien prefija omnipotentes normas
y una secreta y rígida medida
a las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.

Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?

Tras el cristal ya gris la noche cesa
y del alto de libros que una trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.

Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigila, cuadrifonte, Jano.

Hay, entre todas tus memorias,
una que se ha perdido irreparablemente;
no te verán bajar a aquella fuente
ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa
dijo en su lengua de aves y de rosas,
cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
quieras decir inolvidables cosas.

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.

Creo en el alba oír un atareado
rumor de multitudes que se alejan;
son los que me ha querido y olvidado;
espacio, tiempo y Borges ya me dejan."

A veces un oscuro animal se apodera de mí

La gente anda sola y cojea, así, por la mañana se enamora hasta el más tonto de todos, el que nunca sabrá nada de sí mismo. Esta mañana, cada mañana, mañana, habremos llegado donde haya que llegar, sin amor, con amor, solos, habrá que llegar, sin amor, con amor, solos, habrá que llegar, acompañados o no, habrá que llegar, sin trayectoria, sin destino, sin horizonte donde poner los ojos, habrá que llegar, sin libros por leer, sin un cuerpo del que se pueda esperar una hermosa sorpresa, sin destino, andando por andar, viviendo por vivir, sin casa, habrá que llegar a algún lugar, desnudo frente a un océano que te arrastra hasta no ser sino su espuma. Y así, asaltado por las olas de septiembre, esta mañana, has mirado hacia atrás...

¡No te tengo piedad pasado mío! .Y te dejo morir, como una vieja ballena que se suicida en las playas del tiempo.

jueves, 30 de agosto de 2007

Estrellas

"-¿Qué quieres decir?

-La gente tiene estrellas que no son las mismas.
Para quienes viajan, las estrellas son guías.
Para otros no son más que pequeñas luces.
Para otros, que son sabios, ellas son problemas.
Para mi hombre de negocios significaban oro.
Pero todas esas estrellas son mudas.
Tú tendrás estrellas como no tiene nadie...

-¿Qué quieres decir?

-Cuando mires el cielo por la noche,
dado que yo estaré en una de ellas,
dado que yo reiré en una de ellas,
entonces será para ti como si rieran
todas las estrellas.
¡Tú sólo tendrás estrellas que saben reír!

Y volvió a reír."

Fragmento de El Principito, de Antoine de Saint-Exupery

viernes, 24 de agosto de 2007

La rana que quería ser una rana auténtica

Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.

Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.

Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.

Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.

Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.

Todo llega

Todo llega cuando menos lo esperamos,
me dijo mi madre una vez.
Palabras que guardé en un rincón del alma,
pues sentí que algún día llegaría esa
felicidad por la que tanto luché.

La vida es una búsqueda agónica,
porque es una lucha constante... es cierto.
Las heridas de mi alma van sanando,
pero la búsqueda jamás terminará.
La búsqueda recién comienza...

Nunca imaginé que me regalarían la luz,
las sonrisas y los momentos más bellos.
Hoy la lucha es por nuestra felicidad,
la mía ya la encontré.